Lo primero que tenemos que entender como padres es que nuestros hijos ya nacen en una sociedad ciberconectada, de la cual hemos de saber sacar todo el provecho posible y evitar “enganches” desde los primeros años de vida.
Por ejemplo, en el caso de la televisión, tenemos que priorizar las charlas con nuestros hijos, e incluso la participación en sus juegos, frente al uso de la televisión. Ella ha reemplazado en muchos casos a la familia como transmisora de afectos y modelos de vida.
Además, la Asociación Española de Pediatría está alertando a los padres de que “los niños por debajo de los tres años no pueden estar delante de ninguna pantalla”. Esto se debe a que puede provocar alteraciones en la maduración cerebral de los menores, predisponiéndoles a trastornos como el TDAH (Trastornos de Déficit de Atención e Hiperactividad).
Es importante tomarse en serio la supervisión del tipo de pantallas que consumen nuestros hijos y del tiempo que dedican a ellas. El ordenador ha de estar en un lugar de la casa a la vista de todos y el televisor en un lugar comunitario.
Como padres, debemos tener cuidado con nuestros propios hábitos con las pantallas, porque serán adoptados por nuestros hijos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario