¡Buenos días, familias!

Como ya sabéis en el colegio estamos llevando a cabo un proyecto desde el Departamento de Orientación para guiaros en vuestra labor como padres.

El pasado jueves, en nuestra primera reunión de la escuela de padres, comentásteis vuestro interés por conocer más sobre unos temas concretos, de ahí que hayamos creado este blog. Estos temas están relacionados, mayoritariamente, con la conducta de nuestros niños y con posibles situaciones que pueden afectar a los niños.
Cada entrada está planteada de manera que haya una breve explicación más teórica de la situación y otra parte en la que se proporcionan unas pautas orientativas.

Queremos dejar claro que cada niño y cada situación es diferente, por lo tanto, no se pueden tomar como si fueran “recetas mágicas” aplicables a todos.

Si consideráis que tenéis preguntas o algo no os queda claro, no dudéis en poneros en contacto con nosotras.
Estamos a vuestra disposición tanto en el despacho del colegio los miércoles y viernes de 11 a 13 horas, así como en nuestro correo electrónico (coleorientacion@gmail.com). Además, no dudéis en manifestar vuestras inquietudes en los comentarios del blog para que, entre todos, nos podamos ayudar.

Ya para despedirnos, recordar que cada dos semanas hacemos escuela de padres los jueves de 17.30 a 18.30 en el salón de actos.


Animaos a participar, ¡será divertido!

lunes, 1 de noviembre de 2010

Agresividad física

Normalmente no debe preocuparnos la conducta agresiva o violenta en los niños pequeños, porque es bastante normal. Es mucho más frecuente en los primeros años de vida y es hacia los cinco años cuando la mayoría de los niños emplean menos el negativismo, la rebelión o las acciones físicas de rechazo.

La conducta agresiva es un comportamiento dependiente de factores situacionales y organísmicos (del propio organismo del niño). Por eso, nosotros como padres somos responsables en gran medida de esto; dependerá de los refuerzos que haya recibido de nosotros. Es, por tanto, una conducta aprendida.

Hemos encontrado un vídeo muy representativo, basado en las investigaciones realizadas por Bandura: http://www.youtube.com/watch?v=J8scxHPRWLw

Aprendida de la sociedad (padres, profesores y otros adultos) que muchas veces no somos conscientes de que somos nosotros los portadores de la conducta agresiva ni de la gravedad de las consecuencias que ésta conlleva. Los niños aprenden en general por modelado e imitación, de manera que si un niño ve que alguno de nosotros presta atención a su hermano si éste pega a otro niño, observará que la agresividad de ese niño ha dado buenos resultados, puesto que se ha ganado la atención de sus padres. Así, muchas veces reforzamos la agresividad de nuestros hijos sin percatarnos de ello. Mayoritariamente el niño con mala conducta es castigado y recibe de esta manera cierta atención por nuestra parte, mientras que el niño bueno no es castigado pero tampoco premiado, es decir, no recibe atención. Sobresale la agresión frente a la buena conducta.


Por otra parte, debemos tener en cuenta que utilizar el castigo físico para reprender una conducta agresiva puede ser contraproducente. Primero, porque dar un azote a un niño para decirle que no se debe pegar es toda una contradicción; así estamos modelando la conducta que deseamos eliminar. Le enseñamos de esta forma que la agresión está permitida con tal de que el agresor sea mayor y más fuerte que la víctima. En ningún caso y bajo ningún pretexto, debemos dejar que desde pequeño el niño consiga lo que desea cuando patalea, grita o empuja a alguien. Como portadores de conductas civilizadas, debemos esperar a dárselo cuando lo pida de forma calmada. Si el niño no ha tenido la oportunidad de aprender cómo se pide calmadamente las cosas, debemos enseñarle a hacerlo y reforzar esta actitud con una sonrisa, o un "así me gusta". Es importante reforzar siempre cualquier intento que el niño, aunque muy pequeño, muestre de comportarse adaptativamente en situaciones conflictivas, para que él identifique que es ésa a buena conducta que nosotros esperamos de él y no la conducta agresiva.

Además, como algo puntual que no existía hace años –o por lo menos no como lo hace en la actualidad– es necesario tomar en cuenta la gran responsabilidad que tienen los medios de comunicación de masas en las conductas agresivas. La televisión es algo que debemos controlar. No podemos poner la televisión y dejar al niño delante de ella para que vea lo que quiera, sino que se hace necesario restringir series, películas o anuncios en los que aparezcan conductas indeseables, como es el caso de la agresiva. ¡Recordemos que nuestros pequeños aprenden lo que ven! Lo mismo ocurre con los videojuegos, ya que al utilizarlos, los niños deben comportarse de forma agresiva (matando al contrincante, por ejemplo) si quieren ganar el juego. Esto pueden tomarlo como una forma de vida y una manera de llegar a sus objetivos y al poder.

Esta noticia que apareció publicada ya en el 2001 ratifica lo dicho anteriormente: http://www.psiquiatria.com/noticias/trastornos_infantiles/pacientes_y_familiares278/prevencion1/3894/

Por último, existe un error en la concepción de la agresividad y es que está socialmente valorada. Esto quiere decir que muchas veces en las aulas el que más pega es el más admirado e incluso el líder. Nuestra labor como padres es hacerle ver a nuestro hijo que hay otras alternativas de expresión y de solución de conflictos. Y... ¿qué mejor manera que predicar con el ejemplo?

Si esta información resulta insuficiente o queréis obtener información complementaria, os dejamos una página que hemos encontrado que es bastante interesante: http://www.intoleranciadiario.com/2009/despliegue-noticia.php?Noticias-Puebla-Especiales--Agresividad-infantil&id=64037 Además, como podéis ver es muy actual (año 2010).

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