Aquí os vamos a enumerar una serie de medidas que pueden ayudarnos cuando nuestros niños “nos ponen a prueba”:
- No debemos caer en sus provocaciones, en su dialéctica: actuar. Cortar el “estallido” y no dar explicaciones inoportunas. Aplicar las técnicas de contención de ignorarlo, salir del escenario de la crisis y aplicar el “tiempo muerto”. Una vez superada la crisis aplicar las normas establecidas y las consecuencias sin más explicaciones y discursos inútiles.
- Mantener la calma y no poner cara de sorpresa.
- Mirarlo con tranquilidad, largamente, casi sonriendo, indicándole con la mirada que se “está pasando” y que no nos asusta.
- Seguir conversando con naturalidad con el resto de los miembros de la familia.
- Utilizar el sentido del humor todo lo que se pueda, pero no el sarcasmo, para relativizar la importancia de la crisis.
- Perseverar en esta actuación tantas veces como sea necesario hasta que se calme. Los niños son más perseverantes que nosotros. No desanimarse o pensar que es imposible conseguir algo.
- Confiar y creer en nosotros mismos, en nuestras posibilidades.
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