Hemos encontrado en el libro de Manuel Armas una serie de ideas o reglas que os pueden servir a la hora de educar a vuestros hijos. ¡Ya nos diréis que os parece!
1. Ser más perseverantes que ellos.
Los niños necesitan ver nuestra seguridad y sentir la regla de oro de nuestra perseverancia que nos permite decir “no”. Sólo así conseguiremos que se tranquilicen, que sepan que ya no cederemos hasta conseguir que se calmen y empiecen a colaborar.
2. Los discursos sirven de poco.
Los niños no reaccionan ante nuestras palabras, sino ante nuestros hechos. Los discursos los aburren y los sobrepasan, provocando fuertes resistencias que se traducen en enfrentamientos innecesarios y desgastes estériles.
3. No volver a decir: “esta es la última vez”. Hay que actuar.
Esta idea sólo potencia lo que queremos corregir. Es preferible no decir nada, mirarlos con gesto de decepción y pasar tranquilamente a la acción, que comprueben que somos capaces de cumplir lo que tantas veces pactamos.
4. Unificar criterio y actuar con seguridad.
¡Qué difícil es ponerse de acuerdo! Conseguirlo con todo el equipo familiar y escolar es una hazaña. Los niños pueden ser auténticos expertos en manipulación cuando observan falta de unidad entre los adultos. Cuando los adultos manifestamos estas vacilaciones, dudas o contradicciones, el resultado final es la confusión del niño que se transforma en inseguridad y tiranía.
5. No podemos permitirnos bajar el listón, ni desanimarnos. Hay solución.
Muchas veces los padres y profesores nos sentimos agotados y sin embargo estamos cerca de conseguir nuestros objetivos. El cansancio y la desesperanza nos llevan a “bajar el listón” porque ya no nos quedan fuerzas. Hay que ser constantes y no desanimarse.
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