¡Buenos días, familias!

Como ya sabéis en el colegio estamos llevando a cabo un proyecto desde el Departamento de Orientación para guiaros en vuestra labor como padres.

El pasado jueves, en nuestra primera reunión de la escuela de padres, comentásteis vuestro interés por conocer más sobre unos temas concretos, de ahí que hayamos creado este blog. Estos temas están relacionados, mayoritariamente, con la conducta de nuestros niños y con posibles situaciones que pueden afectar a los niños.
Cada entrada está planteada de manera que haya una breve explicación más teórica de la situación y otra parte en la que se proporcionan unas pautas orientativas.

Queremos dejar claro que cada niño y cada situación es diferente, por lo tanto, no se pueden tomar como si fueran “recetas mágicas” aplicables a todos.

Si consideráis que tenéis preguntas o algo no os queda claro, no dudéis en poneros en contacto con nosotras.
Estamos a vuestra disposición tanto en el despacho del colegio los miércoles y viernes de 11 a 13 horas, así como en nuestro correo electrónico (coleorientacion@gmail.com). Además, no dudéis en manifestar vuestras inquietudes en los comentarios del blog para que, entre todos, nos podamos ayudar.

Ya para despedirnos, recordar que cada dos semanas hacemos escuela de padres los jueves de 17.30 a 18.30 en el salón de actos.


Animaos a participar, ¡será divertido!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Es frecuente que los padres tengan opiniones diferentes sobre la educación de sus hijos?

Sí, desgraciadamente aún es frecuente escuchar expresiones como la siguiente: “Yo tengo que luchar todo el día con ellos, y su padre se dedica a malcriarlos, les compra cosas y les dice que soy una histérica”.

El comportamiento difícil de un hijo puede acabar uniendo más a la pareja o acentuando sus desavenencias. Con frecuencia, cuando los padres no están de acuerdo, uno se convierte en “bueno” y otro en “malo”. Por lo general uno permite que el niño haga lo que quiera y se pone de su parte y otro queda marginado. Frecuentemente el hijo está manejando a los padres para que discrepen, por lo que éstos pierden las riendas y el niño toma un poder excesivo. Esto no es bueno para el niño, ya que le da un sentimiento irreal de autoridad y porque la ausencia de un control efectivo genera ansiedad.

Lo ideal es el acuerdo entre los padres. Para esto hay que sentarse a hablar de los problemas hasta llegar a un acuerdo sobre las normas y las consecuencias derivadas de su incumplimiento. Todos los padres son capaces de hacerlo.


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