Los padres queremos proteger a los hijos de las experiencias dolorosas y la muerte de un ser querido es la más dolorosa de todas, pero hablar de ello es totalmente necesario. Aquí os damos algunas ideas fundamentales sobre cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida de un ser querido.
- Como idea general se puede hablar de la muerte como un hecho natural, sin miedos, aprovechando por ejemplo la muerte de un animal doméstico. Se debe decirles que ya no volverá y que está bien que se sientan tristes por su muerte, pero que es mejor hablar de la tristeza que guardarla dentro, porque entonces la herida tardará en curar.
- Cuando tengamos que comunicarlo a los niños lo haremos con palabras sencillas, sinceras y sin miedo a decir “murió”.
- Convencerles de que la culpa de la muerte no la tiene nadie, ni la persona, ni el niño. La vida es así. La muerte es una de las cosas que no podemos controlar. Le ocurre a todo el mundo.
- Los adultos podemos y debemos llorar la muerte de los seres queridos y mostrar nuestras emociones ante los hijos. Cuando lloramos enseñamos a los hijos que está bien llorar y expresar el dolor.
- Es bueno contárselo a los profesores para que puedan ayudarles.
- En el caso de la pérdida de uno de los padres, los niños pueden reaccionar de formas diversas. Nuestra labor como padres es tranquilizarlos, decirles que no son responsables de lo que ocurrió, que siempre habrá alguien que los cuide y continuar poniendo normas y fijando límites.
- La mejor forma de ayudar a los hijos es ayudarte a ti mismo a asimilar tu proceso de duelo.
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