Son muchos los errores que cometemos en nuestra relación con los hijos y podemos aprender a evitarlos para ser mejores padres (Álava, 2002):
1. Ir de amigos en lugar de padres.
A sus amigos los elige él, a sus padres no. Necesitan que asumamos el papel y las funciones de padres, seguros y fuertes.
2. Intentar “comprarlos” haciendo de buenos y poniéndonos siempre de su parte.
Es la postura más cómoda pero tarde o temprano acaba teniendo consecuencias negativas para todos.
3. Protegerlos en exceso.
Es uno de los mayores errores que podemos cometer. Podemos facilitarles el camino, podemos, de vez en cuando, correr con ellos, pero no debemos correr por ellos.
4. Ceder para evitar males “mayores”.
Por supuesto que alguna vez hay que ceder en la relación con los niños, pero no podemos hacerlo por sistema. El hijo que es problemático aprende que “presionando” acaba consiguiendo todo lo que quiere y entra en una dinámica que es incapaz de superar. La mejor ayuda que podemos prestarle es nuestra tranquilidad ante su exigencia, nuestra seguridad ante su inestabilidad, nuestra firmeza ante su insistencia.
5. Creer que en cualquier situación con el diálogo todo se arregla.
Con los niños es muy difícil dialogar cuando están en medio de una discusión, están excitados, acaban de pelearse o cuando quieren engañarnos. Aprenderán a dialogar cuando nos vean seguros, cuando les ayudemos a cortar los estallidos emocionales irracionales y sientan que, una vez superados éstos, estamos dispuestos a dialogar tranquilamente.
6. Sacrificar a los otros hermanos y miembros de la familia.
Con frecuencia resulta más fácil sacrificar a los miembros más sociales y razonables de la familia en beneficio de los que muestran una actitud menos generosa y agresiva. Con ello premiamos al que tiene una conducta irracional en detrimento del que muestra una actitud más colaboradora, favoreciendo la proliferación de conductas déspotas y manipuladoras.
7. Negar lo evidente.
A muchos padres les cuesta ver que algo no marcha bien en casa con su hijo. Para evitarlo podemos escuchar, observar, dedicar tiempo, priorizar, hablar y ponernos de acuerdo con la pareja, incluso pedir ayuda. ¡Y para eso estamos nosotras!
8. Favorecer el consumismo.
Este error surge cuando de pequeños les damos todo lo que se les antoja. Tendremos que dar ejemplo los adultos con un “estilo de vida” y una escala de valores que prioricen las cosas sencillas, las relaciones personales y la posibilidad de pasarlo bien sin comprar nada.
9. Creer sus mentiras y caer en sus trampas.
El niño, en el fondo, necesita sentir que somos capaces de pillarlo. Podemos observar como descansa después de admitir la verdad y como estaba nervioso e inquieto cuando nadaba en un mar de mentiras. La observación y la cercanía serán los principales medios; el razonamiento, el sentido común y el sentido del humor harán el resto.